Mario Abal o Marito Abal, como era conocido por sus amigos actores, nació en la ciudad de Guatemala el 8 de septiembre de 1932. Su nombre completo Adrian Mario Abal Salazar. En 1968 ingresa a la
academia de arte dramático de la universidad popular donde su talento de inmediato lo dio a notar. Trabajo en mas de 150 obras y montajes desde entonces hasta el año 2004 cuando se retira debido
a quebrantos de salud.
Durante treinta años fue parte de la compañía de teatro de la universidad popular donde interpretó a gran cantidad de personajes que van desde un zapatero suertudo, un judío en crematorio nazi,
una secretaria, un animalito del bosque… estatua, loco, pordiosero, travesti, militar, en fin, de igual forma la cantidad de obras en las que participo de la cuales destacan “El viejo Solar”,
“Divorciacion Masiva”, “El Quijote de la mancha”, “La Rafaila”, “Un loteriazo en plena crisis” entre muchas otras.
Indudablemente el papel que le dio el reconocimiento del publico y lo consagro como actor lo interpreto en el año de 1975 con la puesta en escena de “El señor presidente”, una adaptación de Hugo
Carrillo de la obra del mismo nombre del premio nobel Miguel Angel Asturias, donde Abal interpretaba a “El Pelele”, un pordiosero loco que perdía la razón cuando la gente lo molestaba y le
gritaba Madre. En una entrevista brindada para el diario Siglo XXI en Julio de 1992 explicó: “Fui a dormir al portal del comercio como cuatro o cinco veces aguantando frio y tapado con cartones y
periódicos”. Y es que visitar cementerios, dormir con indigentes y perseguir desconocidos con características de sus personajes, fueron las técnicas que desarrollo Marito para obtener la esencia
de sus personajes.
Cuando muere Ruben Morales Monrroy, (Director de la Academia y de la Compañía de la UP) Mario Abal se aleja de la Universidad Popular en 1998 y desde entonces peregrinó por varios grupos de
teatro, como Arlequín, Facetas y el Teatro Abril, este ultimo viera las ultimas actuaciones de tan singular actor.
Mario recibió su Certificación de Actuación en 1970 y una década más tarde la de Maestro de Arte Especializado en Teatro. Nunca se casó y para pagar sus estudios trabajó de herrero, carpintero y
vidriero profesional como jefe de Comaco donde dirigió la colocación de los vidrios del aeropuerto La Aurora, en la década de los sesenta. Esa experiencia lo hizo un excelente utilero y
tramoyista.
En el año 2007 perdio completamente la vista, el instituto de previsión social del artista (IPSA) le ayudo con una modesta pension que le permitió una vida sencilla. Semanas antes de morir, Mario
Abal indicó a su familia las exigencias de su partida: “No les voy a dejar ninguna deuda y por favor vístanme con ropa viejita”.
Las luces se apagaron el 18 de mayo de 2009, para Marito Abal “Con su muerte se le hace a uno el mundo más pequeño”, dijo Alfredo Porras Smith, director de la Escuela Nacional de Arte Dramático
(ENAD).